Movimiento Ciudadano obtuvo resultados, en Veracruz y Durango, que pocos esperaban. Su dirigente nacional, Jorge Álvarez Máynez, aseguró en redes que ya son la segunda fuerza política nacional. Esa declaración provocó inquietud en el resto de la oposición (PAN y PRI), que han sido segundo y tercero en el ámbito nacional. 

El detalle está en los números, que se interpretan a conveniencia. Por lo general, se toman los distritos ganados, porque son las diputaciones las que otorgan el registro, los espacios plurinominales y las prerrogativas a los partidos; pero los líderes, cuando se ven superados o en desventaja, hablan de “otros datos”. El caso es que el MC ha crecido compitiendo solo, y ello debe poner a pensar a los demás. Dicha reflexión no excluye a los actores de Quintana Roo.

¿A quiénes debe preocupar? ¿A la 4T? ¿Al PAN? ¿Al PRI? Dicen que no hay enemigo pequeño; sin embargo, para el caso específico de Quintana Roo, la inquietud debe pesar más en el PAN, el principal opositor y que después del año pasado de elecciones parece haber llegado a un tope, que ahora lo obliga a replantear su futuro.

En ese contexto, por ejemplo, se propone alejarse del PRI y, por qué no, acercarse al MC, justamente por el avance de los naranjas. Pero éstos miran los resultados de los últimos años y sacan cuentas: la conclusión más clara es que no necesitan de aliados, menos de los que aparentemente van a la baja, o no aportan, ni en lo ideológico ni en los programático.

La 4T, y particularmente Morena y Verde, no tienen mayor problema. Dominan todo. Habrá que mirar qué pasa con el PT, que por momentos reclama y se aparta. El pacto seguiría firme hacia el 2027, aseguran hasta hoy en los tres partidos. Sondeos y proyecciones les siguen dando preferencias. Visto así, la desazón es más bien interna.

Entonces, el PAN debe ocuparse del MC, que ve en Quintana Roo “terreno fértil”: está fresco lo sucedido en Othón P. Blanco y el partido no sólo crea de nuevo altas expectativas allí, sino también en José María Morelos y Tulum.

¿El reto? Mantener la unidad en los próximos meses, de posibles cambios en la dirigencia estatal y en otros espacios de poder. Ello supone un reacomodo que dejaría damnificados.

Que se entienda el fondo: se trata de la batalla por cuál partido se consolida como la alternativa más viable frente a una 4T imbatible en 2024. @msalinas21